¿Todavía no donas? Empieza con una cantidad ridícula
Pensar que tu ayuda no importa porque «es poca cosa» es un gran error.
Cuando me entrevistan en pódcasts, doy charlas o cuento qué es Ayuda Efectiva, hay gente que se acerca o me escribe para decirme «¡enhorabuena!», «me encanta el proyecto» o incluso «me parece brutal lo que hacéis». La paradoja es que muchos de quienes expresan su afinidad o admiración luego no donan con nosotros.
Hay muchos motivos y una solución. Los motivos incluyen la procrastinación —«a ver si luego entro en la web»—, alguna duda sin resolver o pensar que tu ayuda no es importante porque solo donarías una cantidad pequeña.1 Ese último motivo es uno de los peores. Supongamos que puedes donar 30 euros al mes pero no lo haces porque «es poca cosa». En primer lugar, te equivocas: con esa donación podrías suplementar con vitamina A a 180 niños cada año, protegiéndolos de consecuencias terribles como la ceguera y la mortalidad infantil. 180 niños cada año. En segundo lugar, si tú piensas eso, mucha mas gente lo hará también. Siguiendo con el ejemplo de la vitamina A: si mil personas a las que les gusta Ayuda Efectiva no donan 30 euros al mes porque individualmente «es poca cosa», dejaremos de suplementar a 180.000 niños cada año. Un gran drama construido a partir de pequeñas decisiones.
La solución es muy fácil: si te gusta lo que hacemos en Ayuda Efectiva, pero aún no donas, empieza ahora mismo con una cantidad ridícula. Según cuanto ingreses, puede que sean 50 euros al mes, 30 o tal vez solo 5. Elige ese importe mensual que no vas a notar si falta. ¿Lo tienes? ¡Bien! Ahora dedica 2 minutos a empezar a donar aquí.
Si das ese paso en lugar de solo leer, habrás sustituido el like o el aplauso por la acción: la diferencia se mide en personas ayudadas y vidas salvadas.
A veces, esa idea va acompañada por otra: «lo que habría que conseguir es que los ricos donen; voy a pensar en ello». Lo que ignora este último planteamiento es que «los ricos» somos nosotros. Como es natural, solo consideramos ricos a quienes tienen ingresos o patrimonios mayores a los nuestros, pero esa lógica, aplicada una y otra vez, culmina en que solo Elon Musk debería ayudar a los demás, porque solo él es el rico.

